Este año he invertido el orden de publicación, así que empecé por el ya publicado top 5 de grandes decepciones. Toca ahora el turno de mis 5 pelis favoritas. He de decir que ha sido un año intenso en lo cinematográfico para mí, habiendo llegado a ver entre las distintas plataformas y estrenos en salas más de mil pelis (aunque no todas nuevas, obviamente). Ha sido una temporada especialmente fructífera en el panorama de festivales, gracias a Filmin y su apuesta por la temática he podido hallar algunas joyas de las que hablo en una de las pelis elegidas. Dentro de los festivales, el género de los cortometrajes me ha deparado grandes y gratas sorpresas, como la tenebrosa y original Good Night Mr. Ted o el descubrimiento de la joya indescriptible: En mi pecho de fuego aún queda sitio para templar tu puñal: una historia de amor. Obra del animador Pablo Ballarín, sirva la imagen que acompaña este texto como mínimo ejemplo de la desquiciada y desorbitadamente imaginativa historia que es en la práctica imposible encontrar y de cuyo argumento no añadiré nada más que este enlace a su trailer.
El compromiso adquirido en su nacimiento (y posteriormente abandonado) por HBOmax de lanzar los grandes estrenos en su plataforma de streaming tan solo cinco semanas después de hacerlo en cines supuso un prematuro aluvión de blockbusters en el salón de casa: la excelente versión de Dune por el siempre interesante Denis Villeneuve (Arrival; Prisoners), mejorando por mucho la extravagante aunque adelantada a su tiempo versión ochentera de David Lynch; o la muy comentada y mediática reinvención de The Batman de la mano de Matt Reeves (Let me in; War for the Planet of the Apes) con el cada día más consolidado Robert Pattinson (Tenet; The Lighthouse) en el rol de un renovado Caballero Oscuro haciendo las veces de Somerset y Mills (Seven). Otro de los grandes lanzamientos del año que valoré seriamente incluir en el top cinco fue la apuesta de Prime Video por el cine latinoamericano con la cinta que narra el famoso juico contra los generales golpistas en Argentina, 1985. Bien es sabido que Ricardo Darín (El secreto de sus ojos; El hijo de la novia) siempre supone una apuesta segura, pero la peli dirigida por Santiago Mitre, aun siendo sólida y removiendo conciencias, como toda obra basada en casos reales y mediáticos a ratos parece más un esforzado intento por hacer una instantánea fidedigna de un hecho histórico que cualquier otra cosa.
De sobra es conocida mi debilidad por el cine no tan mainstream, independiente, de bajo presupuesto o de limitada difusión. Este año he encontrado algunas producciones que se han quedado cerca de entrar en la lista, y varias de las cuales meciono dentro de las reseñas de las pelis seleccionadas. Pero no quisiera dejar pasar la ocasión de destacar por encima de todas un par que, por motivos bien diferentes, me han cautivado. Mi vacío y yo está dirigida por Adrián Silvestre (Sedimentos) con guion del propio director junto a Carlos Marques-Marcet (Els dies que vindran; 10.000 km) y Raphaëlle Pérez, quien a la vez protagoniza una hermosa y a la vez dura cinta que nos muestra, a medio camino entre la ficción y el documental, su viaje personal buscando de su identidad de género siempre en lucha contra un mundo intolerante y altamente tránsfobo. Es una peli deliciosa y necesaria que está disponible en filmin. Por otra parte y situándose en un espectro radicalmente diferente, Más allá de los dos minutos infinitos (ドロステのはてで僕ら -Droste no hate de bokura) es una cinta sci-fi japonesa de serie b casi c de ínfimo presupuesto que juega de una manera super ingeniosa con el concepto de los viajes en el tiempo. Merece la pena acercarse a ella.
Como suelo decir cada año para finalizar este introducción, en la lista solo caben 5. Sé que no sobra ninguna de las veces que insista en el hecho de que no pretendo hacer dogma, se trata meramente de una opinión personal y subjetiva, y que como tal solo refleja las obras que más me han impactado partiendo de mis preferencias y debilidades. Mi opinión no vale más que la de cualquier otra persona. Simplemente quisiera que sirva como guía anti-aburrimiento, si os pica la curiosidad y no sabéis que ver, podéis echarles un vistazo y siempre estaré abierto a comentar. Por cierto, a partir de ahora iré añadiendo todas las listas de pelis dentro del tag "top pelis". Y sin más que decir, aquí va mis cinco pelis favoritas de 2022.
Cinco lobitos
En lo que a cine patrio se refiere, dejando de lado el género documental del que hablaré en otra de las seleccionadas en la lista, en este año se ha hablado mucho de la obra de Carla Simón galardonada con el Oso de oro en el Festival de Berlín y seleccionada por España para concurrir a los premios Oscar: Alcarràs. Sinceramente, creo que no está a la altura de la hiperpremiada Estiu 1993, la cual quizá dejó la expectativa muy alta. La historia de los payeses y sus problemas no logró cautivar mi corazón, quizás el hecho del amateurismo del elenco me pesó demasiado. Mi preferencia nacional se decanta por la vizcaína Alauda Ruiz de Azúa, quien hasta la actualidad nos había dejado como muestra varios cortos en los que ya dejaba ver su buen hacer en la dirección. No me da la vida con los populares rostros de Chani Martín y Luis Callejo es un buen ejemplo de ello (también Nena y Dicen). Cinco Lobitos es su primer largometraje como tal, y ha demostrado gran solvencia y humanidad.
Uno de los puntos fuertes de mi peli seleccionada radica en el hecho de narrar una historia que podría suceder a cualquiera... que haya sido madre recientemente. Y quien no haya vivido esto sin duda podrá empatizar con alguien cercano que haya podido pasar por algo parecido. Amaia (interpretada por una impresionante Laia Costa -Only you; Foodie Love-) acaba de ser madre y se enfrenta al agobiante e insistente consejo acerca de cómo llevar la crianza de todas las personas que la rodean (hay que destacar la labor de los padres interpretados por los habituales secundarios de lujo Susi Sánchez -La enfermedad del domingo; La piel que habito- y Ramón Barea -Todos lo saben; La boda de Rosa-). Porque claro, es madre primeriza y no sabe nada, y en ciertas situaciones todo el mundo parece ser experto. Los problemas en la pareja empiezan a aparecer obligando a Amaia a volver temporalmente a casa de sus padres, pero la falta de comprensión y apego familiar hacen que la situación de la protagonista no sea la ideal para criar a su hija. Contado así no parece que estemos ante la historia más original del mundo, y ciertamente no lo es. Pero la virtud de esta película es mostrar con naturalidad, crudeza y empatía -pero sin abrazar la condescendencia ni tomar partido- la belleza y el dolor de los conflictos mundanos y cotidianos. La vida en forma de cine que cala hondo.
Apollo 10 ½
Finalmente, mi elección en uno de mis géneros predilectos viene, sorprendentemente, de la mano de Richard Linklater. Al consagrado director texano (que ya tiene 62 años) no se le podrá negar nunca la originalidad y su esfuerzo constante por encontrar nuevas vías narrativas. Han pasado casi treinta años desde que su nombre quedó grabado a fuego en el imaginario colectivo gracias al estreno de la icónica Before Sunrise, la cual convirtió a su pareja protagonista (Ethan Hawke -Trainging Day; Gattaca- y Julie Delpy -Trois couleurs: Blanc; 2 days in Paris-) en mitos generacionales; tras nueve años se reencontraron en Before Sunset, y otros nueve después cerraron el círculo con la esperada, aclamada e imprescindible Before Midnight, poniendo fin así a la trilogía de Jesse y Celine de una manera impecable. A pesar de que Linklater ha tenido una carrera extensa y diversa, con éxitos tan grandes como el de Boyhood (con Patricia Arquette y Ellar Coltrane); y otros inventos a los que no se les puede negar la originalidad, como School of Rock o Where'd You Go, Bernadette; pero, a pesar de todo lo argumentado, nadie podrá negar que verlo aventurarse con el género animado ha sido toda una agradable sorpresa.
Apollo 10 ½ es más americana que la tarta de manzana. Más que la superbowl, los perritos calientes o que invadir un país extranjero que tiene petróleo. Se hace necesario advertir que, para alguien que solo tenga un mero conocimiento superficial de la cultura estadounidense, esta película contiene algunos pasajes que se pueden hacer demasiado ininteligibles, a pesar de su corta duración. Digamos que estamos ante una suerte de Cuéntame a la americana, en la que un adulto (a quien pone voz Jack Black -Shallow Hal (Amor ciego en España); Kung Fu Panda-) narra momentos de su infancia en la Texas cercana al centro de operaciones de la NASA en los años previos a la llegada del hombre a la luna. Lo hace mezclando con ternura y nostalgia elementos muy representativos de aquella vida ideal de la familia media americana con otros fantásticos que implican al protagonista en un fantástico viaje a la luna como ensayo del Apolo 11 definitivo. Todo ello, además, con una aminación cuidada hasta el más mínimo detalle para regalar una película aboslutamente encantadora.
Pico Reja
Hablar de la memoria histórica, mal que levante ampollas y haga brotar la bilis de una parte importante y desgraciadamente extensa de este país es, más que necesario, imprescindible. Desde hace unos años este tema forma parte de la actualidad más candente gracias a las leyes aprobadas por los gobiernos progresistas y sobre todo a la labor de las asociaciones que luchan para recuperar el legado de quienes perdieron la guerra y fueron masacrados y repudiados por ello. El año pasado una de las películas más destacadas tocó este tema: Madres Paralelas de Pedro Almodóvar; con un tacto y sensibilidad exquisitos, y a pesar de todo le sirvió para cosechar un rechazo casi masivo. España no quiere estar preparada para hablar este tema, asumir lo que se hizo, pedir perdón y reparar heridas. Por estas rencillas que parecen irreconciliables Pico Reja ha pasado casi de puntillas por el panorama cinematográfico y mediático. El documental de Remedios Malvárez y Arturo Andújar es crudo, y se hace necesario abordarlo desde un conocimiento previo de la dureza y el inmenso valor histórico de los testimonios que contiene, incluidas las incendiarias y genocidas arengas radiofónicas del asesino Queipo de Llano. Los protagonistas narran las historias que llevaron a sus familiares, antepasados, conocidos o vecinos a formar parte de la mayor fosa común del exterminio franquista. Lo hacen son una serenidad admirable, con voces rotas y lágrimas que hielan el corazón de quien contempla tal procesión de testimonios recibiendo un golpe directo que noquea con la innegable fuerza de la barbarie. Se calcula que entre dos y seis mil víctimas yacen en la fosa del cementerio de Sevilla esperando una justicia que no sabemos si llegará algún día. No se pueden reabrir heridas que nunca sanaron. Pico Reja es una película imprescindible y está disponible en Filmin.
Hierve
Merece la pena interesarse por los festivales provenientes de las diferentes nacionalidades, pues está casi asegurado que se van a encontrar cosas muy llamativas. En mi caso, este año me he decantado por el cine indie británico, y en especial por la cinta de Philip Barantini que sonó con fuerza en las nominaciones de los premios BAFTA. Con poca experiencia en la dirección, aunque con algunos papeles en populares miniseries de tv -Chernobyl; Band of Brothers-, el joven cineasta ha demostrado sobradamente su saber hacer tras la cámara. Para esta aventura culinaria ha contado con el conocidísimo y televisivo Stephen Graham -This Is England; Snatch-, un actor versátil y vehemente de marcado carácter que aseguraba para el papel protagonista la capacidad de impacto necesarios para dotar a esta película de toda la fuerza necesaria para potenciar las virtudes con las que estaba concebida. Viendo todo esto con perspectiva la combinación parece inmejorable.
El tema principal no carece de complejidad: la vida, milagros y penurias de un chef mediático en un restaurante de primer nivel. Si bien el universo gastronómico se ha abordado en el cine desde siempre (ya en Babettes gæstebud -El festín de Babette en España-, aunque aquí todavía con tratamiento demasiado decimonónico), y más recientemente en otra que me tiene robado el corazón: Ratatouille; es justo admitir que un mundillo tan cainita merecía acercamientos desde puntos de vista más realistas, algo que precisamente consiguió la Burnt de John Wells -Una buena receta en España-, con el adorable Bradley Cooper (A Star is Born; Silver Linings Playbook) en el papel protagonista. Pero aun mantenía un matiz de buenismo y un trasfondo de fábula que le restaba realismo. Nada de esto encontramos en Boiling Point: es cruda hasta más no poder, transmitiendo a la perfección esa sensación de competitividad y la necesidad máxima e inhumana de autoexigencia hasta niveles casi patológicos que devora las almas de quienes trabajan en el sector. Aparte de las interpretaciones impecables lideradas por un sobrebio Stephen Graham, la película es todo un alarde técnico por parte de la dirección, al estar rodada en tiempo real: cuenta toda la historia en los noventa y dos minutos de metraje; y en un único plano secuencia. Sí, ya sabemos que hay trucos para camuflar las diferentes tomas y cambios de cámara, pero en esencia lo que importa es la sensación de continuidad y cercanía que sumerge al espectador en una trama tan estresante que te hace sentir gran desasosiego e incluso un punto de ansiedad. Es una de mis pelis imprescindibles de este año y la tenéis en filmin.
Tick, tick... Boom!
Si hablamos de musicales precisamente el catálogo es amplio y los hay para todos los gustos. Este mismo año casi se ha colado en mi lista de menos favoritas la Annette de Leos Carax. A finales de noviembre tuvimos el delicioso estreno de Roald Dahl's Matilda the Musical, la adaptación de la obra de Broadway -muy diferente a la peli de Danny DeVito de 1996 pero igualmente deliciosa-, la cual por cierto se representa en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid y a la que recomiendo asistir. Y, por supuesto, el estreno anual de la cansina Disney, esta vez con Encanto colombiano pero sin mucha historia; aunque sí con una canción que sonó mucho en la temporada de premios a pesar de que no se habla de Bruno, pero que finalmente se fue de vacío de los Oscar. El autor de la canción es el fabuloso artista y compositor Lin-Manuel Miranda, a quien debemos la maravilla de Tick, tick... Boom! Este ha sido el primer trabajo en la dirección del autor y protagonista de la exitosa Hamilton y multipremiado por sus composiciones. En el papel protagonista ha contado con el sorprendente Andrew Garfield (The Amazing Spiderman; Silence), explotando un registro totalmente nuevo y demostrando que tiene mucho talento.
Seguro que a estas alturas mucha gente se pregunta quién es ese tal Jonathan Larson y por qué a Tick, tick... Boom! hay quien anda llamándola "la Inception de los musicales". Fue un importante autor teatral (ganador del premio Pullitzer en 1996) que se distinguió por tratar temas sociales en sus obras, como la multiculturalidad o la homofobia. Murió de un aneurisma aórtico con treinta y seis años dejando en su haber tan solo tres musicales: Superbia, Rent y este que nos ha llegado convertido en peli. ¿Pero por qué es tan original? Porque rompe absolutamente con los códigos narrativos de cine y musical. Si este género ya de por sí deja mucha cabida a la transgresión, Tick, tick... Boom! la eleva a cotas que hacen explotar la mente. Aunque con ciertas pinceladas acerca de la biografía del autor, cuenta en primera persona la creación de un monólogo musical en el que, a su vez, narra la historia del fracaso de su obra magna: el musical Superbia. La actuación de Garfield encarnando a Larson es del todo convincente y le valió la nominación a un Oscar que, a mi juicio, hubiera sido del todo merecido -por cierto, ¿voy a cerrar mi lista de 2022 sin hablar de Will Smith? Sí-. No quiero decir nada má de la película porque vale la pena acercarse a ella dejándose sorprender y cautivar. Está claro que los musicales no son del agrado de todo el mundo, pero a estas alturas tampoco debería importarnos demasiado lo que piensen los demás.
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Juan NepomucenoArte digital, pintura e ilustración, diseño gráfico, murales... Me dedico a todo esto... y a mucho más. Llega "El año en que murió Freddie" mi primer libro de la mano de Domiduca Libreros. ¡No te quedes sin él"
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