Category: Jodar

Adopta un caballito

6/9/2024

En la mañana del 31 de agosto publiqué en este blog mi cartel alternativo para la Feria de Jódar, una obra apócrifa y disidente acompañada de un texto relatando las razones por las cuales considero que el cartel presentado por el ayuntamiento no encarna los valores y esencia del pueblo. Mi propuesta condensaba el caos y desgobierno en que hemos vivido los ciudadanos galdurienses durante los últimos meses: la distopía jodeña llena de furia, violencia y represión totalitaria.

Lejos de aceptar la crítica con democrática elegancia, como correspondería a un gobierno municipal en nuestros tiempos, al alba de la mañana del día 1 de septiembre -domingo y siendo Feria una festividad sacra para las gentes de esta localidad-, con nocturnidad y toda la ira vengativa que les corroe, el ayuntamiento de Jódar borró mi mural homenaje a Machado en el recinto ferial, el cual se había convertido en un referente para peques y mayores durante la última década.

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Feria alternativa

31/8/2024

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Al inicio de este verano escuché a la alcaldesa decir que Jódar por fin había recuperado su esencia, en referencia a su plan de actividades culturales estivales. Admito que, teniendo en cuenta el reciente borrado de mi mural, no terminaba de encontrarle mucho sentido a sus palabras en aquel momento. Los mensajes de apoyo mayoritario de las gentes galdurienses, tanto en público, en sus redes sociales compartiendo mi denuncia, o en privado, ya sea por mensaje o en persona -en algunos casos incluso a riesgo de sufrir acoso laboral por parte de nuestro ayuntamiento-, me reconciliaron en parte con el alma de mi pueblo. Cierto es que mis desencuentros con el poder no son cosa exclusiva de este nuevo equipo de gobierno derechón, sino que ya tuvimos cositas en la anterior etapa política.

Estaba convencido de que mi pueblo y sus gentes habían cambiado, y que la alcaldesa erraba en su afirmación. Pero los acontecimientos de este verano me empezaron a hacer dudar: alarmantes y recurrentes casos de delincuencia y sucesos tales como palizas indiscriminadas a personas vulnerables; coches ardiendo en las calles cual película bronxiana; enfrentamientos entre bandas con mutilaciones y promesas de sangrientas vendettas puertohurraquianas...

El último episodio de este esperpéntico estío ha sido la expulsión arbitraria y dictatorial de Antonio Plaza, compañero de Radio Jódar, cuando se encontraba informando durante los actos de conmemoración de la Batalla de Jódar. Las ideas contestatarias ya andaban bullendo con pujanza en mi mente, pero podría decir que esta demostración de fortaleza gestapiana fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia. Mientras observaba el cartel anunciador para la feria de este año, tan genérico y sin alma -ya no parece ni canvasiano sino más bien wordartiando- como ha sido durante las dos últimas décadas una obra de arte anunciadora que debería derrochar grandeza y arte puro; me hizo preguntarme sobre el gusto de este pueblo por el arte amateur, vacuo, sin alma ni contenido, barato o las más de las veces gratuito; pero con más fuerza aún me llevó a replantearme si, atendiendo a esta concatenación de acontecimientos no sería cierto aquello de que Jódar por fin ha recuperado su esencia. Y la verdad es que después de reflexionar no me queda otra que darle la razón a la alcaldesa de mi pueblo: hemos vuelto a los setenta. Así que, sintiendo que el cartel que ilustra nuestra feria no refleja esa esencia tan jodeña que crecí escuchando en fantásticas narraciones del pasado que creía en exceso mitificadas, me decidí a hacer esta propuesta alternativa que condensa el caos y desgobierno en que vivimos: la distopía galduriense llena de furia, violencia y represión franquista. No quiero pasar por alto el agradicimiento a mi admirada Patricia Cruz por la insipración que su obra me ha brindado a la hora de hacer este collage protesta. Espero que os guste y lo difundáis mucho.

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Adiós, hijo mío

21/6/2024

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Cuando como artista uno se dispone a realizar una pintura mural, afronta el proyecto sabiendo que nace con fecha de caducidad. La conservación de este tipo de obras, por sus características, es más compleja que la de aquellas que se llevan a cabo sobre otros soportes, y es una labor especialmente delicada cuando se ejecuta en el exterior. Se pueden conservar durante mucho tiempo si se hace de la manera adecuada desde el primer momento, pero llegará un punto en el que su supervivencia será inviable. Esto es algo que tenía presente desde que, en la lejana primavera de 2016, empecé a pintar una serie de obras que adornarían espacios públicos de Jódar. Lo que sabía en aquel momento es que, con más fuerza incluso que el paso del tiempo, otro fantasma aún más terrible amenazaba la existencia de mis pinturas: la llegada del fascismo al poder. Así que no puedo decir que me pille por sorpresa lo que ha sucedido.

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Décimo Lignum Crucis

26/3/2024

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Juan Nepomuceno

La estantería

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