Tributo a Truffaut

9/2/2022

No me gustan los paisajes, ni las cosas; amo a las gentes, me intereso por las ideas, los sentimientos."

François Truffaut

François Roland Truffaut nació en París el 6 de febrero de 1932. Director, guionista, crítico de cine y actor, fue uno de los iniciadores -principalmente junto a Jean‑Luc Godard- y también uno de los máximos exponentes del movimiento renovador cinematográfico conocido como la Nouvelle vague, si bien sus diferentes componentes después evolucionaron por caminos muy distintos.

Hijo de padres ausentes y criado por sus abuelos, en su infancia y adolescencia sufrió problemas de desarraigo y abandono que le llevaron a criarse entre cines y bibliotecas, y a sentir ya desde muy joven la influencia de autores como Hitchcock, Renoir, Rossellini o Buñuel. En 1947 fundó un cine club que terminaría fracasando por problemas financieros, pero le permitió entrar en contacto con André Bazin, crítico de cine que sería muy importante en su futuro.

A lo largo de su juventud temprana deambuló a caballo entre un sinfín de trabajos embrutecedores y el correcional en el que su padre adoptivo lo había internado, lugar del que fue sacado por André Bazin. El director de Cahiers du cinema le ayudó a encontrar sus primeros trabajos relacionado con el cine, escribiendo en varias publicaciones, incluida la mencionada revista. A partir de 1953, realiza sus primeros trabajos dirigiendo cortos y como ayudante de dirección del propio Roberto Rossellini, y conoce a Chabrol, Rohmer, Godard, Resnais y Rivette, quienes encabezarían junto a él la incipiente Nouvelle Vague.

François Truffaut murió el 21 de octubre de 1984 víctima de un tumor cerebral, con sólo 52 años. Era demasiado joven y aún le quedaban muchas películas por contar. Fue y siempre será historia del cine. Para conmemorar el 90º aniversario de su nacimiento, he confeccionado esta lista con las que, para mí, son sus obras más significativas. No resulta fácil elegir, pues cuenta con una interesante producción y todas sus películas tienen algo interesante que decir, pero estas son las mías. Espero que os gusten.

5 (que en realidad son 8) pelis imprescindibles de François Truffaut y una de propina

Los cuatrocientos golpes (1959)

François Truffaut tenía 27 años cuando escribió y dirigió su ópera prima. Hasta entonces, había tenido una vida azarosa y desarraigada que le condujo, tras no pocas dificultades, a trabajar como redactor en la mítica revista Cahiers du cinéma, lo cual le abrió la puerta para rodar sus primeros cortos y trabajar como ayudante de Roberto Rosselini. Los cuatrocientos golpes es una suerte de autobiografía no demasiado ficcionada, narrada con el protagonismo de Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud), un chico de 15 años que vive salvajemente descuidado por unos padres que poco o nada se preocupan por su educación. Tendrá que enfrentarse solo al mundo, al fracaso escolar, a la delincuencia y al reformatorio en el cambiante París que saluda a los años sesenta, abriendo el camino de la Nouvelle vague.

Ciclo de Antoine Doinel (1959-1979)

Lo que hizo en 2014 Richard Linklater con la enternecedora Boyhood, rodando la vida de su protagonista durante 12 años, ya lo había hecho Truffaut con su personaje bandera: Antoine Doinel, encarnado por Jean-Pierre Léaud. Director e intérprete unieron sus caminos a lo largo de 20 años en los que el personaje maduró transitando por los senderos del drama y la comedia. La historia de Los cuatrocientos golpes (1959) continúa con el corto Antoine et Colette (1962); y los lagometrajes Besos robados (1968); Domicilio conyugal (1970); y El amor en fuga (1979). Doinel es un personaje de su época, resulta imposible ver estas pelis sin querer matarlo a ratos, pero contemplar su vida encierra una ternura que cuesta transmitir en cine con tanto poder como lo hizo Truffaut.

Jules y Jim (1962)

Adaptación de la novela homónima escrita por Henri‑Pierre Roché ambientada en la época anterior y posterior a la I Guerra Mundial. Narra la historia de un triángulo amoroso entre sus protagonitas, los artistas y amigos Jules y Jim (Oskar Werner y Henri Serre), uno austriaco y otro francés, y Catherine (magistral Jeanne Moreau). Podría decir que esta historia es el triángulo amoroso por excelencia, estando presumiblemente basada en la experiencia vital del propio autor de la novela. De un modo casi vertiginoso vemos pasar toda una vida de vaivenes sentimentales y tensiones de todo tipo nunca resueltas entre estos tres personajes, aderezado con una alta carga dramática. Dos amigos enfrentados por la guerra y el amor en este clasicazo de Truffaut.

Farenheit 451 (1966)

Buscando la inspiracion en grandes obras literarias, Truffaut se alejó de su zona de confort al abordar la adaptación de la la mítica novela de Ray Bradbury en la que se narra un futuro distópico y opresivo en el que se han prohibido los libros y la difusión de la cultura literaria. François era un todoterreno, y se adentró en la ciencia ficción acompañado por las potentes interpretaciones de Oskar Werner y Julie Christie, quienes se convierten aquí respectivamente en un bombero encargado de quemar los libros y una chica joven de pensamiento crítico tachada de loca por la sociedad. Ambos emprenderán un duro camino hacia la resistencia contra el régimen opresor. Lo vuelvo a decir, Truffaut es historia del cine.

La noche americana (1973)

En 1973 Truffaut se embarcó en un curioso proyecto que ha sido, desde tiempos inmemoriales, una de mis pelis favoritas de siempre. Sí, porque François es historia del cine, y esta es una de sus obras más significativas. La noche americana es una apuesta sencilla hasta más no poder: narra simplemente lo que viene a ser el rodaje de una peli, haciendo un interesante e hipnótico ejercicio de meta‑cine. Constituye una auténtica lección magistral de cinematografía, con un reparto coral encabezado por el eterno muso Jean Pierre Léaud, Jacqueline Bisset y el propio Truffaut en el papel del director. Ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa, puedo afirmar que es uno de los mejores ejemplos de uno de mis estilos favoritos de cine: el que se siente.

Encuentros en la tercera fase (1977)

Dado a aparecer en pequeños papeles en muchas de sus películas, algunos sin diálogo ni crédito y otros de pequeña importancia, François Truffaut fue una fuente de inspiración y motor de creatividad para toda una generación de cineastas. Esto le llevó a ser Claude Lacombe, un rol pequeño, pero no poco importante, en una de las primeras películas de Steven Spielberg: Encuentros en la tercera fase (1977). El director americano, maestro de cualquier cosa que ha tocado, nos regaló una obra magna en un género que volvió a explorar años más tarde con E.T.: el extraterrestre. Esta película contiene algunas escenas que están grabadas a fuego en el imaginario cinéfilo, como la imagen de Roy Neary (Richard Dreyfuss) construyendo una montaña de puré o la melodía re‑mi‑do‑do‑sol. Más historia del cine.