4. Enamórate de tu propia vida. Cómo hablar de la reveladora literatura de Kerouac sin pecar de postureo ni caer en los reiterados tópicos acerca de su obra, vida y milagros. Cómo hablar de un autor tan trascendental e inspirador sin parecer un hipster más del montón. Jack Kerouac, precisamente, el abanderado de la generación beat, los auténticos y originales hipsters, precursores literarios (y vitales) del movimiento hippie... Valga como pretexto para cometer esta romántica profanación mi admiración artística por el escritor massachusian. Hace unos meses presenté el pequeño making of de mi obra mural privada homenaje a Kerouac, titulada En mi camino (que podéis recordar bajo estas líneas). El hecho de haber estado inmerso en numerosos proyectos y trabajos me ha impedido, hasta el presente, llevar a cabo una mirada profunda y un análisis sosegado sobre esta obra personal, que por fin os invito a leer. El camino KerouaquianoA lo largo de los últimos tres años he realizado varios acercamientos a la obra de Jack Kerouac, en forma de publicaciones del blog (el comentario personal original acerca de la novela On the road, que se puede leer pinchando aquí) o algunos caligramas con motivo de la celebración de diferentes efemérides. La obra que ha monopolizado este homenaje pictórico en forma de mural ha sido precisamente la considerada como cumbre de la literatura kerouaquiana, On the Road, (conocida en España como En el camino), que el autor escribió entre 1948 y 1951 pero que no vio la luz hasta su publicación en 1957. Ciertamente no tendría espacio suficiente en este blog para enumerar los argumentos que me han llevado a elegir precisamente esta obra como uno de los leitmotiv de mi repertorio, pero puedo sintetizar. Parafraseando una de las entradas de este blog, "On the road" no es simplemente un buen libro. Es algo más que mágico y revelador. Es un libro atemporal, inmortal. No es fácil acercarse a él, requiere disciplina y motivación extra a la hora de abordar su lectura. Demanda paciencia y dedicación, pero su vertiente espiritual recompensa el esfuerzo. Es difícil resumir su argumento sin caer en tópicos. Moriarty y Paradise, los alter ego de Neil Cassady y del propio Kerouac) recorren EEUU y México entre 1947 y 1949. Ellos son dos tipos fuera del sistema que se desenvuelven a la perfección en esa nación subterránea que relata la novela, fluyendo a ritmo de jazz, de bop, disfrutando de la libertad al margen de las normas establecidas por la sociedad estadounidense, aunque lo hacen envueltos en una especie de amargura existencial que los marcan profundamente haciendo que se vean sumergidos en una duda perpetua por la futilidad de la vida. Kerouac hace un retrato sincero e insospechado de unos EEUU underground, desinhibidos, auténticos. (...) Y durante un momento llegué al punto del éxtasis al que siempre había querido llegar; a ese paso completo a través del tiempo cronológico camino de las sombras sin nombre; al asombro en la desolación del reino de lo mortal con la sensación de la muerte pisándome los talones, y un fantasma siguiendo sus pasos y yo corriendo por una tabla desde la que todos los ángeles levantan el vuelo y se dirigen al vacío sagrado de la vacuidad increada, mientras poderosos e inconcebibles esplendores brillan en la esplendente Esencia Mental e innumerables regiones del loto caen abriendo la magia del cielo. Oía un indescriptible rumor hirviente que no estaba en mi oído sino en todas partes y no tenía nada que ver con el sonido. Comprendí que había muerto y renacido innumerables veces aunque no lo recordaba porque el paso de vida a muerte y de muerte a vida era fantasmalmente fácil; una acción mágica sin valor, lo mismo que dormir y despertar millones de veces, con una profunda ignorancia totalmente casual. Comprendí que estas ondulaciones de nacimiento y muerte sólo tenían lugar debido a la estabilidad de la Mente intrínseca, igual que la acción del viento sobre la superficie pura, serena y como de un espejo del agua. Sentí una dulce beatitud oscilante, como un gran chute de heroína en plena vena; como un trago de vino al atardecer que hace estremecerse; mis pies vacilaron. Pensé que iba a morir de un momento a otro." El proceso creativoEn mi camino se trata de un mural privado. A pesar de ello, existe la posibilidad de visitarlo, para lo cual es necesario ponerse en contacto conmigo. La idea principal surge tras la lectura de la novela En el camino y se desarrolla a lo largo de los próximos meses con la realización de varios caligramas basados en los textos de la obra citada. Pintado a lo largo de la primavera de 2016, su conclusión se dilató en el tiempo al haber compaginado el trabajo con otras obras. El mural está realizado con pinturas acrílicas sobre base de pintura plástica, cubriendo una superficie estimada de 9,5 metros cuadrados (para unas dimensiones aproximadas de 2,50 metros de alto por 3,70 de ancho). Sobre el fondo base en color amarillo-maracuyá aparecen escritos manualmente en color blanco fragmentos extraídos de On the Road, ocupando la mayor parte del área del mural. En la zona central, ligeramente escorado hacia la derecha, se puede contemplar, realizada en escala de grises, la figura de Jack Kerouac, autor de la novela, abriendo uno de los rollos de papel en los que mecanografiaba sus escritos ("escritura automática", como el propio autor la denominaba).
1 Comentario
13/2/2017 12:09:06
Los cuatro "propósitos" con los que comienzas tu post deberían ser como las cuatro consignas que todo ser humano debe seguir para aumentar su autoestima.
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Juan NepomucenoArte digital, pintura e ilustración, diseño gráfico, murales... Me dedico a todo esto... y a mucho más. Llega "El año en que murió Freddie" mi primer libro de la mano de Domiduca Libreros. ¡No te quedes sin él"
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