Fanny Blankers-Koen. Londres, 1948
Una vez superada la Segunda Guerra Mundial y el parón de doce años que obligó a suspender las ediciones de 1940 y 1944, el olimpismo regresó con los Juegos de la XIV Olimpiada, que se celebraron en Londres. Con el veto a Alemania y Japón por su participación en el conflicto bélico y enmarcados en la economía de posguerra, la reutilización de infraestructuras ya existentes como el estadio de Wembley o los barracones militares para alojar a los deportistas, los Juegos de Londres fueron conocidos como los de la austeridad.
Debido a que muchos atletas habían perdido sus mejores años deportivos durante los años del parón, y que algunos otros incluso habían fallecido en el conflicto, el número de récords y el nivel deportivo se vio visiblemente mermado. No obstante, aún hubo hueco para algunas actuaciones memorables, como las de la neerlandesa Fanny Blankers-Koen. Nadadora en su infancia y adolescencia, no fue hasta los 17 años cuando comenzó a competir en atletismo, y ya participó en los juegos de Berlín, consiguiendo dos quintos puestos.
Londres fue la gran cita de Fanny Blankers-Koen. Ganó cuatro oros en 100 metros, 200 metros, 80 metros vallas y el relevo 4x100 con el equipo nacional de Países Bajos. Durante toda su vida batió veinte récords mundiales en pruebas de velocidad, obstáculos, salto de altura, de longitud y pentatlón. Al regresar a su país, recibó una bicicleta como regalo por sus éxitos, homenaje al que solo respondió diciendo que "todo esto por correr unos pocos metros." Fue admirada y reconocida durante toda su vida, siendo en 2012 fue nombrada la atleta más importante y famosa del siglo XX.
Emile Zátopek. Helsinki, 1952
Helsinki había sido seleccionada para albergar los Juegos de 1940, sustituyendo a Tokio. Pero la situación bélica mundial hizo imposible la celebración de aquella edición. Años después, la capital finlandesa volvió a solcitarlo, siendo finalmente designada para la edición de 1948, los Juegos de la XV Olimpiada. Pasaron a la historia como la edición donde se batió mayor número de récords mundiales (hito no superado hasta Pekín 2008), así como los juegos de debut de la URSS, Israel, y el regreso de Japón y Alemania.
De entre todos los deportistas que triunfaron en esta edición, destacaron los éxitos del fondista checho Emile Zátopek. Corredor de largas distancias, había ganado la medalla de oro en 10000 metros y la plata en 5000 en Londres 1948, lo cual ya lo convertía en un auténtico mito. Pero lo más impresionante estaba aún por llegar. En Helsinki, con menos de una semana de diferencia, consiguió ganar las carreras de 5000, 10000 y la maratón, un hito que nadie jamás ha logrado igualar.
Conocido como la Locomotora Humana, fue famoso por su gran fuerza y resistencia, así como el ritmo infernal que impregnaba a su carrera. Fue el primero en bajar de 29 minutos en 10000 metros, y en correr 20km en menos de una hora. Marido de la campeona olímpica en jabalina en Helsinki, Dana Zátopková, no caben dudas de que Emile Zátopek fue el más grande corredor de larga distancia de la historia del olimpismo.
Betty Cuthbert. Melbourne, 1956
En 1949, Melbourne se impuso a Buenos Aires en la votación del COI, convirténdose de esta manera en la primera ciudad del hemisferio sur que albergó un evento olímpico. Los Juegos de la XVI Olimpiada se disputaron en la ciudad australiana entre noviembre y diciembre de ese mismo año, aunque, debido a las leyes de cuarentena nacionales, las pruebas de equitación se habían llevado a cabo en Estocolmo en junio de ese mismo año. A pesar de otras cuestiones de boicots políticos, los juegos fueron todo un éxito.
Por encima de todos los participantes, destacó una joven australiana de apenas 18 añós, Elizabeth "Betty" Cuthbert. Apenas un par de meses antes de los Juegos de Melbourne, había batido el récord mundial de 200 metros, lo cual le valió el apodo de "Golden Girl" y levantó grandes expectativas con respecto a su futuro más inmediato. No defraudó, alzándose con los oros en 100 metros, 200 y relevo 4x100 con el equipo australiano. Cuatro años más tarde, en los juegos de Roma 1960, una lesión durante las eliminatorias en los 100 metros le impidió seguir en la competición.
Sin embargo, volvió con fuerza en la edición de Tokio 1964 para ganar el oro en 400 metros estableciendo el primer récord mundial de la especialidad (era la primera vez que se disputaba), convirtiéndose además en la única persona (ya sea hombre o mujer) que ha ganado el oro olímpico en tres pruebas diferentes de velocidad (100, 200 y 400). En los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 fue una de las últimas portadoras de la antorcha olímpica, haciendo su recorrido en silla de ruedas debido a la esclerosis múltiple que causó su muerte años después. Sin duda, Bethy Cuthbert es toda una heroína olímpica.
Adebe Bikila. Roma, 1960
Roma había sido seleccionada para albergar los juegos de 1908, pero la catástrofe provocada por la erupción del Vesubio obligó al gobierno italiano a destinar el presupuesto olímpico para reconstruir Nápoles, declinando la designación que recayó en Londres. Finalmente, la ciudad romana sería la sede de los Juegos de la XVII Olimpiada celebrados en 1960, imponiéndose a Lausana, Detroit, Budapest, Bruselas, Ciudad de México y Tokio. Celebrados en agosto, fueron los primeros Juegos emitidos por televisión y también contaron con la primera edición de los Juegos Paralímpicos.
Una de las grandes figuras de estos juegos fue la velocista afro-estadounidense Wilma Rudolph. Habiendo sufrido neumonía y poliomelitis en su infancia, logró reponer su salud y acabó convirtiéndose en la primera alteta estadounidense ganadora de los oros en 100 metros, 200 y relevo 4x100. Otra de las grandes imágenes icónicas de estos juegos fue la victoria en la maratón del etíope Adebe Bikila, quien había sido un miembro de la Guadia Imperial del emperador Haile Selassie.
Bikila había empezado a correr con 17 años, pero no fue hasta que conoció al entrenador sueco Onni Niskanen cuando pulió su técnica y explotó al máximo sus grandes cualidades. En Roma, corriendo descalzo, batió el récord mundial de la especialidad, dejándolo en 2h15'16". Cuatro años más tarde, en los Juegos de la XVIII Olimpiada celebrados en Tokio, a pesar de estar reponiéndose de una operación de apendicitis que afectó a sus entrenamientos, volvió a conseguir el oro con una nueva plusmarca mundial de 2h12'12". Falleció a los 41 años, después de sufrir un accidente de tráfico y una larga convalecencia, pero siempre permanecerá en la memoria colectiva como uno de los grandes mitos del olimpismo.
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Juan NepomucenoArte digital, pintura e ilustración, diseño gráfico, murales... Me dedico a todo esto... y a mucho más. Llega "El año en que murió Freddie" mi primer libro de la mano de Domiduca Libreros. ¡No te quedes sin él"
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