Sergio Leone, quien acababa de dirigir con éxito la superproducción italo-americana El Coloso de Rodas, encontró fascinante la adaptación que Kurosawa había hecho de la novela Cosecha Roja, escrita por Dashiell Hammett, y pensó "¿por qué no darle una vuelta más y devolverla al western?". Logró convencer a la productora Jolly Film para llevar a cabo la revisión, pero con una promesa de financiación algo escasa. La primera opción para interpretar al protagonista fue Henry Fonda, quien rechazó la oferta. Ante esa negativa, pensaron en alguno de los miembros del cast de Los Siete Magníficos (que también había sido un éxito y, curiosamente, remake de la gran obra maestra de Kurosawa de 1955, Los Siete Samuráis). Viendo que los actores principales, Yul Brinner, Steve McQueen y Elli Wallach, tenían un caché demasiado alto, optaron por intentarlo con James Coburn. Pero éste seguía saliéndose del presupuesto... Entonces, Leone descubrió la serie americana Rawhide, y fijó sus ojos en el protagonista: un chico joven, alto, rubio, de ojos verdes, facciones contundentes, pinta ruda y parco en palabras. "Haremos un buen western juntos", le dijo éste. Clint Eastwood había llegado a Almería. Leone lo vistió con un sombrero y un poncho para darle un estilo particular. "Es él, solo le falta aprender a fumar." El rodaje de Por un puñado de dólares duró solo siete semanas en el desierto de Tabernas. Si añadimos al cóctel la magistral banda sonora de Ennio Morricone, la contrapartida interpretativa de Gian Maria Volonté, y las incorporaciones posteriores de Lee Van Cleef (socio en La muerte tenía un precio y antagonista El Bueno, el Feo y el Malo), y Elli Wallach (la tercera pata del banco en El bueno, el feo y el Malo), el resto es historia. Tres años más tarde, Eastwood salió de España habiendo protagonizado una trilogía que encumbró el género del espagueti western, y convertido en todo un mito. Resulta inconcebible pensar en un mundo en el que Clint Eastwood no protagonizara la trilogía del dolar, o del hombre sin nombre (cliché que se perpetuó en otros muchos de sus westerns: un protagonista anónimo fascinante con pasado misterioso). Y es que, a pesar de que se trata de una trilogía que cimenta su éxito en muchos factores que la diferencian y la hacen única, es evidente que no hubiera alcanzado tanta repercusión sin la aportación de su icónico protagonista. Todo esto lleva a pensar en la incontestable influencia que la colaboración entre Leone y Eastwood tuvo sobre éste, y lleva a preguntarse si habría alcanzado las cotas de excelencia cinematográfica a las que llegó más tarde en caso de que Fonda o Coburn hubiesen aceptado la oferta original. La trayectoria posterior de Clint Eastwood es mucho más compleja de lo que mucha gente aún sigue pensando, aunque su constante y cuidado trabajo se ha empeñado en desmontar estos prejuicios a lo largo de las cuatro últimas décadas. Pero antes de dirigir cintas tan míticas como Sin Perdón o Million Dollar Baby, Eastwood fue considerado durante muchos años un tipo duro sin más, actor de pocas palabras y frases lapidarias, rostro duro y gatillo fácil. No se puede negar que hay mucho de esto en sus interpretaciones tempranas, como podemos comprobar en La jungla humana (Coogan's Bluff, de 1968) o Harry el sucio (Dirty Harry, 1971), ambas dirigidas por Don Siegel. Y es que precisamente en estas primeras películas en las que trabaja a las órdenes de Siegel es donde vimos su versión más dura. Sin embargo, ya en 1971 encontramos un registro diferente, profundamente dramático y convincente, en El Seductor (The Beguiled), dirigida también por Don Siegel. Hacer un repaso minucioso a la trayectoria cinematográfica de un gigante como Clint Eastwood (también de forma literal, pues mide 1,93 m) podría resultar largo y tedioso, y ocuparía muchas más líneas de las que quisiera llenar. Como actor protagonista, secundario o de reparto, ha participado en 57 películas (más otras 7 en las que no aparece acreditado) y 7 series de televisión. A esto hay que sumar las 41 que ha dirigido y 50 en las que ha participado como productor. Si bien es cierto que gran parte de estos proyectos coinciden (pues ha sido director, protagonista y productor de gran parte de estas obras), no cabe duda de que sigue siendo un autor muy prolífico. En 2018 dirigió y protagonizó la que, supuestamente, sería su última aparición como actor, Mula (The Mule)... Pero eso lleva diciendo desde que hizo de Walt Kowalski en Gran Torino (2008). Del mismo modo, es muy polifacético pues, bien como actor o como director, ha tocado todos los géneros. Si antes mencionaba los western (Cometieron dos errores -Hang 'em High- de 1968 o Infierno de cobardes -High Plains Drifter- de 1971); también cine bélico (Los violentos de Kelly -Kelly's heroes- de 1970 o El sargento de hierro -Heartbreak Ridge- de 1986); ha sido detective (En la cuerda floja -Tightrope- de 1984); espía (Licencia para matar -The Eiger sanction- de 1975); presidiario o ladrón (Fuga de Alcatraz -Escape from Alcatraz- de 1979, o Poder absoluto -Absolute Power- de 1997); narcotraficante (Mula -The mule- de 2018); y ojeador de béisbol (Golpe de efecto -Trouble with the curve- de 2012); ha hecho cine deportivo (Invictus, de 2009); también musical (La leyenda de la ciudad sin nombre -Paint your wagon- de 1969, El aventurero de medianoche -Honkytonk man- de 1982 o Bird, de 1989); thriller psicológico (Escalofrío en la noche -Play Misty for Me- de 1970); cine espacial (Space Cowboys, de 2000); cómo no, comedia (El Cadillac rosa -Pink Cadillac- de 1989, o Bronco Billy, de 1980); cine romántico (Primavera en otoño -Breezy- de 1973); dramático romántico (Los puentes de Madison -The Bridges of Madison County- de 1995); o el drama más puro (Mystic River, de 2003). Clinton Eastwood Jr. cumple 90 años, 65 de los cuales ha dedicado al cine. Señor mayor, americano de pura cepa, de carácter marcado y sin pelos en la lengua, fuertes convicciones políticas conservadoras-libertarias-republicanas (incluso llegó a ser alcalde de Malpaso, California); sin embargo, ha logrado gracias a su cine llamar a la reflexión constructiva acerca del sistema en que vivimos explorando las incongruencias y cuestionando el funcionamiento, independientemente de si aquello que era diana de su crítica estuviera de forma presumible del lado de sus convicciones. De igual modo, ha firmado hermosos y convincentes alegatos acerca de temas que, a priori, pudieran parecer muy distantes de sus valores. En definitiva, Clint Eastwood es, más que un mito, una institución dentro del mundo del cine. 5 pelis TOP (y no tan conocidas) de Clint Eastwood que hay que ver Con 5 oscars de la Acamedia e infinidad de premios que avalan la calidad de su trabajo, a estas alturas resultaría pueril recomedar algunas de sus películas, tales como Sin Perdón (Unforgiven -de 1992-, ganadora de 4 Oscars incluyendo mejor película y dirección); Million Dollar Baby (de 2004, ganadora 4 Oscars, incluyendo mejor película, dirección y actriz principal para Hilary Swank); Mystic River (de 2003, ganadora de 2 Oscars para Tim Robbins y Sean Penn); o algunas de sus otras películas más conocidas, ya sean en la dirección e interpretación, como Gran Torino (2008), o Los Puentes de Madison (The Bridges of Madison County, de 1995). De modo que tal y como he hecho para celebrar otras efemérides, he optado por recomendar una serie de cintas quizás menos conocidas para el gran público, o que pasaron más inadvertidas en su día. ¡Espero que os gusten, y larga vida a Mr. Eastwood!
En todo lo enumerado, no hay sorpresa alguna. Podría ser un western más, una peli de acción entretenida incluso. Pero existen más elementos que se añaden al cóctel. La acción se desarrolla en un ambiente totalmente perturbador y angustioso, unos personajes con dilemas morales y una lucha interior que ahondan su profundidad psicológica a ojos del espectador. Aunque los malos siguen siendo muy malos, la línea que separa la maldad de la bondad aparece ahora más difusa. El misterioso protagonista, proclamado salvador por los alienados mineros, es un tipo oscuro, anónimo y misterioso, encarnado con maestría por el propio Eastwood. En El jinete pálido se masca la tragedia, es el prólogo de la sublime deconstrucción del género con la que Clint nos iluminaría unos pocos años más tarde. Vean ambas, en este orden: El Jinete, y después, Sin Perdón.
Desde mi punto de vista, Poder Absoluto es una de los trabajos más infravalorados de Clint Eastwood en la dirección. El planteamiento del hecho disruptivo que produce el desencadenamiento del nudo argumental de la misma es absolutamente sublime, tanto en la idea como en la ejecución. El resto de la película es una carrera trepidante e intrigante por descubrir la verdad en mitad de una lucha de poderes desiguales. Además, la contrapartida interpretativa de Gene Hackman y Ed Harris aporta un poso de calidad que lo convierten en un filme imposible de dejar a medias. Y no puedo decir una palabra más sin hacer spoiler.
El Intercambio no es una película sencilla de ver. El simple punto de partida de la sinopsis ya nos invita a sospecharlo: una madre soltera que denuncia la desaparición o secuestro de su hijo a finales de los años veinte, una época difícil para ser mujer. Asistimos a la desasosegante lucha contra los elementos de Christine Collins, quien remueve cielo y tierra para reclamar justicia y descubrir qué sucedió realmente con su hijo. La película cuenta también con la siempre interesante aportación de John Malkovich. Puro drama con tintes de thriller de la mejor calidad.
Sin ser consciente de la situación, una vez que comienza a trabajar para el cartel mexicano se verá atrapado en mitad de la guerra entre los narcos y el FBI, siendo un convidado de piedra que no teme ver pasar el peligro rozando su cabeza. ¿A qué podría temer alguien que ve tan cercana la muerte? Nos encontramos ante una película dirigida con una solvencia increíble si pensamos en la edad de Eastwood, por no hablar de su actuación absolutamente convincente. Laurence Fishburne y Bradley Cooper completan el reparto de una road movie peculiar, entretenida, intrigante y, por descontado, muy interesante.
Eastwood es aquí John McBurney, un soldado de la Unión que huye herido del frente de batalla, adentrándose involuntariamente en las líneas confederadas y derrumbándose a los pies de una niña pequeña. Esta, ayudada de sus compañeras, lo rescata y lo lleva hasta la escuela donde las chicas viven internas bajo el mando de una severa institutriz interpretada por Geraldine Page. Secuestrado por las féminas, que se debaten entre entregarlo al bando sudista o aguardar su muerte, McBurney iniciará una guerra de persuasión psicológica que nos sumergirá en un thriller inquietante y claustrofóbico. Es una auténtica joya que nos muestra a un Clint Eastwood en un registro dramático insospechado para él hasta ese momento.
1 Comentario
Inmaculada Ruiz Rivas
1/6/2020 05:11:58
Un artículo sobre cine fantástico.
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Juan NepomucenoArte digital, pintura e ilustración, diseño gráfico, murales... Me dedico a todo esto... y a mucho más. Llega "El año en que murió Freddie" mi primer libro de la mano de Domiduca Libreros. ¡No te quedes sin él"
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